22 de junio de 2014

Mantenimiento del equipo

Muy bien, a juzgar por la cantidad de consultas que recibo de parte de mis seguidores, una de las grandes preocupaciones que atormentan al fotógrafo digital es la posibilidad de que distintos tipos de suciedad se posen en las partes sensibles de sus cámaras (quizás en el sensor o en el interior del lente), y aparezcan luego en las imágenes entorpeciendo el proceso creativo del autor. 
La posibilidad de que esto suceda, y las distintas maniobras para impedirlo o remediarlo, son tópico común en todos los foros de fotografía: 

  •   Cómo saber cuando hay una mota de polvo en el sensor? 
  •   Es necesario limpiarlo? Y cómo?
  •   Es eficaz el sistema de limpieza eléctrico de las cámaras?
  •   Cómo setear los datos para la eliminación automática? 
  •   Nafta o querosén?
  •   Es lícito llevar el equipo al service oficial, y pagar una pequeña fortuna para que nos digan que lo limpiaron? 
Esta y otras cuestiones técnicas de las que nada sé, le quitan el sueño a muchos fotógrafos; principalmente a los del tipo sacar una foto y volver a poner la tapa al objetivo. Y si bien yo soy más bien del otro tipo, no puedo dejar de estar a tono con las necesidades de los colegas, así es que comparto aquí una experiencia vivida en estos asuntos:
   


Como regla general, diría que cuando tus fotos se ven como ésta, tenés que tirar la cámara a la basura buscar en forma urgente un cepillito de pelo de camello y una de esas peritas sopladoras que parecen un juguete para adultos. 
Solo se trata de perder el miedo de manipular las entrañas de la cámara, pero les advierto ahora que no lo hagan cuando están metidos hasta la cintura en una laguna de agua sucia. Ni cuando viajan en auto atravesando la ciudad un viernes en la hora pico. Ni cuando tienen al lado una carrera de rally levantando nubes de polvo a cientos de kilómetros por hora.
No lo hagan. 
No.

Es una tarea simple que demora apenas unos minutos, y puede ser de vital importancia a la hora del contraluz, de los retratos en high key, o de tomar cualquier otra foto por la que alguien nos está pagando.
A los lectores intrépidos que estén por aventurarse en las profundidades de sus equipos con la intención de sopletear el sensor, les recomiendo buscar información adicional en algún otro blog. Preferentemente el de un fotógrafo que sepa cómo hacerlo y tenga la delicadeza suficienta para no romper nada en el intento.