26 de febrero de 2018

"Wear good shoes"

Es el consejo de los fotógrafos de Magnum. De lo más útil que puedo compartir para los que navegamos las tormentosas aguas de la fotografía. 

Y acá hago un pequeño aporte homenajeando a estas linduras. Porque cuando te gusta meterte al barro, necesitás estar bien acompañado. Les debo todo, amigas!!!





17 de octubre de 2017

Roban pero hacen


Anestésico mantra que durante décadas nos mantuvo a salvo del estallido, el "roban pero hacen" parece haber sido dejado de lado por sus propios beneficiarios. Una vez desmoronado este frágil acuerdo social ya no parece haber tiempo para hacer; solo queda robar. La salomónica salida de hacer con la mano y robar con el codo ya no tiene sentido; el codo les queda chico. En la implacable carrera para robarse todo hay que usar las dos manos, y no puede hacerse nada más. El precario equilibro, destruido.

Intérpretes de la opinión pública aseguran que lo que "la gente" pedía era que se hiciera. Que hagan algo; ver que se hace; elegir seguir haciendo y todo así. El reclamo, finalmente, parecía válido:
-Por lo menos, que hagan! 
-Hagamos, entonces. O que parezca que hacemos. 

Pero ya ni siquiera esa farsa parece posible. Hoy no hay tiempo para la simulación. Solo queda robar y hay que usar las dos manos. Y los codos. 
Alguno quería hacer (lo había prometido, le parecía mejor, le daba vergüenza) pero no le quedaba tiempo ni energía. Robar parece ser un trabajo en sí mismo; no es solo alargar la mano para tomar lo ajeno; sacar de un bolsillo y poner en otro; quitarle a los ricos -y a los pobres- para quedárselo uno; meter la mano en la lata. También hay que repartir, negociar, esconder y mentir. Sobornar. Rajarse o lavar, según las circunstancias. Es demandante. Y cuando llega la hora de hacer -después del trabajo o los domingos-, ya no hay ganas. Ni tiempo. 

La única verdad, decían, es la realidad:









Todas las imágenes tomadas en la provincia de Buenos Aires, en el área de CABA y GBA, entre los años 2009 y 2017. Cámara en mano. Sin trípode, ni flash, ni esperanza.

11 de julio de 2017

La proporción Áurea

Martes al mediodía en el ISEHG. Clase de primer año en la carrera de "Profesional Gastronómico" a cargo de Pancho Fernandez. Una veintena de alumnos se afana durante dos horas para esculpir una Papa williams y darle al Bife de chorizo en Croûte un aire afrancesado.
Cuando el puré de ajo está en su punto, los platos salen del horno y van a la mesa de operaciones. Ante las aterrorizadas miradas de los aspirantes, el marcial Pancho les pasa revista uno por uno. Enseguida, un valiente de cada grupo es el encargado de "explicar" el plato y la forma en que lo hicieron. Hay nervios. También pasión, alegría, risas.
Me alejo unos pasos para que encuadrar la escena con el 85 mm. y le hago un gesto al profe para que se mueva un paso al costado. Después solo tengo que apretar el obturador. 
Salió esta foto:



Se confirma entonces el postulado de que para conseguir una buena imagen, lo más importante es tener suerte.
Por supuesto que ayuda aprenderse las leyes de la Gestalt y llevar las baterías cargadas, pero una vez cumplidas estas formalidades, lo que más garpa es tener los dedos cruzados.