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30 de junio de 2019

Otra más que atamos con alambre

Argento eufemismo para la agudeza y la miseria, atarlo con alambre pareciera ser también un skill fundamental para la fotografía de producto, o tabletop photography, para lectores del exterior.
Lo hicimos de nuevo con esta botella de Bombay Sapphire que me trajeron de Berlín (parece que allá en Alemania no abundan los lentes agudos y miserables).




Hasta ahí la foto. Y ahora que los he dejado boquiabiertos, les cuento que lo que parece un destello estroboscópico resaltando la etiqueta, es la luz reflejada en un plato de lata. Y la máquina de misterioso, evanescente humo azul.... es palosanto. 



Va también una foto del backstage, para que quienes piensan que la fotografía es todo talento heredado y pura magia creativa, vean que también hay mucho de ingenio y cinta de empapelar. 

















Las fotos con la Canon 5D mkIII y un Samsung Galaxy S7

11 de julio de 2017

La proporción Áurea

Martes al mediodía en el ISEHG. Clase de primer año en la carrera de "Profesional Gastronómico" a cargo de Pancho Fernandez. Una veintena de alumnos se afana durante dos horas para esculpir una Papa williams y darle al Bife de chorizo en Croûte un aire afrancesado.
Cuando el puré de ajo está en su punto, los platos salen del horno y van a la mesa de operaciones. Ante las aterrorizadas miradas de los aspirantes, el marcial Pancho les pasa revista uno por uno. Enseguida, un valiente de cada grupo es el encargado de "explicar" el plato y la forma en que lo hicieron. Hay nervios. También pasión, alegría, risas.
Me alejo unos pasos para que encuadrar la escena con el 85 mm. y le hago un gesto al profe para que se mueva un paso al costado. Después solo tengo que apretar el obturador. 
Salió esta foto:



Se confirma entonces el postulado de que para conseguir una buena imagen, lo más importante es tener suerte.
Por supuesto que ayuda aprenderse las leyes de la Gestalt y llevar las baterías cargadas, pero una vez cumplidas estas formalidades, lo que más garpa es tener los dedos cruzados.

11 de junio de 2017

Un Rembrandt


Estudio del color y del rebote, en la previa para la jornada de fotos que tenemos en la FADU el jueves 15, hicimos este experimento con la luz; búsqueda de belleza y alegórico homenaje al maestro del claroscuro. 
Salta a la vista que el desafío era generar el característico "triángulo de luz" en un objeto que no tiene nariz. Bueno, salió más o menos así:



Acá iría un texto con la info técnica de la foto, el esquema de iluminación y demás; pero movimos tanto los flashes mientras tratábamos de embocar algo, que la verdad no me acuerdo nada, y de lo único que estoy seguro es que iluminar bien, es re difícil.
En cambio puedo compartir una foto de bakstage que hizo Mar77iogurú del diseño, la encuadernación y del malabar, mientras jugábamos con una mesa para productos que viajó desde Guangzhou.




Como para meter algún dato duro, puedo decir que la foto de la vaca vendría a ser un HighKey, y esta del Moai un LowKey. Dos técnicas que siempre garpan mucho, y que si quieren aprender pueden googlear que hay un montón de tutoriales. 

Advierto que para la botella elegimos un agudísimo par de  1/200 y f9, así que preparen los flashes porque van a disparar al máximo!


30 de junio de 2012

Una agradable sorpresa editorial

Guillermo Calabrese es actualmente el director del Colegio de Cocineros Gato Dumas, y es uno de los cocineros "mediáticos" o "cocineros de la tele", lo que significa que está acostumbrado a las cámaras, a las fotos, al maquillaje y a los "prenseros". También es uno de los pocos chefs (tal vez el único) capaz de aceptar el desafío de hacer un programa de cocina por radio, donde de nada sirve el recurso de picar la zanahoria chiquitita, y vale menos un "paladar absoluto" que un registro de barítono, y donde el crepitar de los chinchulines encima de la parrilla se convierte en el climax de la programación. 
La idea de fotografiar al cocinero-actor en las espaciosas y relucientes aulas-cocina de la escuela prometía un éxito fotográfico.
Don Guillermo colaboró alegremente durante las tomas (también lo hizo un asistente cuyo nombre no recuerdo, cortando perfectas julianas de morrón y zapallitos), proponiendo y actuando mucho más esmeradamente que todos los cocineros que conozco.
Pudimos hacer varias imágenes que los curiosos pueden ver acá, y que los menos esforzados pueden adivinar: Baste decir que se parecen a la-foto-que-se-publica-cuando-se-entrevista-a-un-cocinero (un poco de cinismo profesional).
Enardecido mi ánimo por las fotos que habíamos logrado, y animado por la predisposición del chef, decidí probar una foto que me gusta mucho y casi nunca me sale bien. Ante las miradas de los presentes; intrigado el hombre de las julianas, predispuesto el señor director de la escuela de cocina, y recelosa la prensera (desconfiando de cualquier cosa que yo o alguien más pudiera hacer o decir, incluso sugerir, y que escapara a los lineamientos de lo aprendido en la carrera de comunicación), apagué mi flash y me coloqué debajo de la linea de cucharones con las piernas bien abiertas y los codos pegados al cuerpo (eso para los que pensaban que no iban a aprender nada  en este blog), y le pedí a Guillermo que pasara caminando delante de mí. 
La foto que salió fue esta:

 En la primera edición que hice para enviar las fotos, se quedó afuera. Me pareció que era demasiado "artística", y que no servía (que no la querrían usar) para ilustrar la nota. 
Mientras elegía en su lugar imágenes más prolijas y clásicas, me preguntaba qué sentido tiene disparar fotos predestinadas al descarte.
Decidí que tener la posibilidad de hacer fotos como esta, es la razón por la cual hacemos todas las demás, y la envié junto con el resto para tranquilizar un poco a mi conciencia poética. Conciencia que se vio recompensada cuando encontré que la imagen había sido la elección principal del editor. 
El regocijo compartió espacio con un poco de culpa por pensar que la edición tan "cuadrada" que se hacía, no dejaba margen para la creatividad. 



8 de marzo de 2012

MASAMOTO SHIRO-KO HONGASUMI

También “un masamoto”, a secas. 
¿El mejor cuchillo del mundo? Posiblemente.
Masamoto Sohonten es hoy el sello que la quinta generación de japoneses imprime a los cuchillos que, desde 1872, fabrican a mano con la misma técnica milenaria con que se hacían las espadas-que-cortan-guerreros-al-medio.
Mucho más adaptados al siglo XXI, los masamoto se aplican hoy sobre cortes de salmón y rábano picante, y son una referencia obligada al hablar de cuchillos profesionales. Los chefs japoneses creen que realizar un corte perfecto es escencial para mantener el sabor natural de los alimentos, por eso las hojas japonesas son extremadamente delgadas y afiladas.  
Minosuke Matsuzawa empezó a fabricar cuchillos hace casi 150 años, y hoy Masamoto Sohonten es una de las marcas más reconocidas mundialmente por los chefs profesionales, verdaderos ninjas de la tabla de picar.
¿Cómo llegó hasta mis profanas manos (y hasta mi profano lente) tan excelsa obra de arte?
Iwao Komiyama fue premiado en 2005 como el mejor cocinero nikkei (nacido fuera de Japón)
de comida japonesa. De manos del primer ministro japonés recibió esta maravilla hecha de acero al carbono y cuerno de búfalo de agua. Me lo mostró cuando lo entrevistamos.

intimidante!
¿La foto? Hice girar mi paraguas durante un rato alrededor del cuchillo, principalmente para impresionar a los cocineros que estaban mirando (hicimos las fotos en una escuela de cocina). Cuando me cansé de no obtener nada más que reflejos, brillos y sombras justo donde no las quería, apagué el flash y disparé algunas fotos con la luz natural. Esta es la mejor. Las zonas oscuras en los bordes son resultado de apagar la corrección de iluminación periférica. Lo que está grabado en la hoja (para los que no entiendan japonés) es el nombre del dueño.
Una curiosidad: hay una versión para zurdos; la hoja de los masamoto (y de otros cuchillos japoneses) está afilada hacia uno de los lados, esto es, visto de frente, como a punto de besarlo, el fijo del cuchillo no está en medio del ancho de la hoja, sino hacia uno de los lados. Esto provoca cortes más perfectos, y un deslizamiento mucho más eficaz.

17 de noviembre de 2011

Pura técnica fotográfica

Fuimos con Douglas a entrevistar a la gente de LuzVida, productores de wheatgrass o jugo de pasto de trigo. Como se adivina, es el producto de exprimir brotes de trigo en su etapa germinal, y produce un potaje energético-vitamínico que a veces fortifica y a veces descompone, según se lo consuma con jugo de naranja o en forma de brownie. Esta fue la primera de mis incursiones en el mundo de los exprimidos energéticos, y fue tan instructiva como desopilante.
Pero lo importante de esto es que durante la nota (durante las fotos), surgió un problema lumínico característico (toda clase de problemas surgen cuando tratamos de hacer una foto decente) que resolvimos con una depurada técnica  fotográfica que se llama "agarrá ese plástico y ponelo acá".




Así que lo vemos a Douglitas, multidisciplinario periodista y padre siempre dispuesto a colaborar sin perder la sonrisa, sosteniendo lo que los fotógrafos rusos llaman go bo y que podríamos traducir como bandeja plástica. Al medio Diego, después Mariano y en la linea de fuga el dr. Wheatgrass. Gracias D.!!

Abajo, a modo de ejemplo, una vista aérea del wheatgrass (aérea quiere decir desde el helicóptero).