26 de marzo de 2020

The virus diaries

Los primeros días que pasamos en cuarentena fueron una aventura. Parecíamos compartir, quienes nos arriesgábamos a la calle, la sensación de estar de excursión en algún territorio exótico. 
Los barbijos como souvenirs, eran a un tiempo la señal que identificaba a quienes "eran parte de algo" aunque  algunos de los que lo llevaban puesto se lo quitaban al llegar a zonas concurridas (!!!). 
Al volver de estas modestas excursiones, los compañeros de piso nos compartíamos el parte diario: 
-hay poca gente, mucha gente, está cerrado  abierto tal o cual negocio, hay policía en tal o cual esquina... etc.
A marchas forzadas se imprimían remeras de "yo sobreviví al Covid-19". La sensación general parecía ser la de  estar siendo testigos del acontecimiento histórico que nos tocaba vivir. 





En pocos días el clima en Barcelona cambió. El viento y las nubes de tormenta acompañaban una sombría sensación general. En el poco tiempo que llevaba la emergencia, entendimos q era de verdad; que este virus existía realmente y no era un invento de los medios y había que cuidarse; la gente se moría. Acá y en otras partes del mundo, se moría. En la calle ahora se precibía  la sorpresa, y la ansiedad. Y el miedo. Ahora todos nos cuidábamos, al tiempo que desconfiábamos de la poca gente al rededor; todos, potencialmente, somos portadores del virus de la muerte. Pasaba esto:





Hoy cumplimos más de diez días en cuarentena. Es decir, saliendo de casa solo por cuestiones inaplazables (comprar comida o medicamentos, cumplir con su trabajo los empleados de salud y seguridad, pasear al caniche, etc.) La gente sigue muriendo y de alguna manera empezamos a entender el mensaje; #quedarnosencasa. Quedarse en casa para tratar de ayudar. Tener paciencia. Adaptarse. 
El foco periodístico ahora parece estar puesto, no en los contagiados de Covid-19, sino en los burgueses padecimientos de quienes no tenemos permitido abandonar el sofá. El mayor peligro, sino el desabastecimiento, es aburrirse. 

Hice esta foto. Desde la ventana, claro. Porque también #yomequedoencasa.





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